1 de Septiembre, las vacaciones han acabado para la gran mayoría, los niños están a punto de volver al colegio, es momento de a la rutina diaria, a controlar un poco más nuestros horarios, a dejar los paseos, la playa, el campo y enfrentarnos al trabajo, el orden normal de la casa, incluso para algunos volver a ella porque han estado en apartamentos, casas de campos, camping, etc. Cuando volvemos a esa “normalidad” durante unos días nos sentimos  cansados, decaídos, un poco tristes, melancólicos. Es normal, y estos se llama, síndrome postvacacional.

¿Qué es el síndrome postvacacional?: Oficialmente no se ha catalogado como enfermedad, por lo que para algunos autores es un problema inexistente. Sin embargo para otros expertos es un estado transitorio parecido a una depresión.

Efectivamente no creo que se trate de una enfermedad y tampoco es una depresión con todos sus síntomas, pero sí que es cierto que durante un breve tiempo, necesario para volver a adaptarnos, nuestro estado anímico estará más bajo, sobre todo si durante el tiempo que hemos disfrutado de las vacaciones hemos hecho cosas totalmente diferentes, viajes, comidas o cenas con amigos, excursiones, etc.

Este síndrome, igual que otros, surge a partir  de la  evolución de la sociedad. Los humanos nos encontramos frente a nuevos retos, cambios y formas de afrontamiento que desencadenan nuevas situaciones emocionales y cognitivas, situaciones que pasan a  afectarnos a nivel fisiológico (somatización) y por eso notamos que nuestro cuerpo no actúa igual. Algunas personas ven los cambios como algo terrorífico lo que las hace más vulnerables a sufrir malestar y sensación de perdida de calidad en su vida.

¿Qué nota quien sufre síndrome postvacacional?: Principalmente cambios a dos niveles:

1).-Físico: Debilidad, insomnio durante la noche y somnolencia durante el día, dolor muscular, molestias estomacales, taquicardia, falta de apetito, cansancio, etc.

2).-Psíquico: Nerviosismo,  irritabilidad, enfado, tristeza, falta de atención, falta de concentración, inquietud, etc.

¿Todas las personas sufren este síndrome?:  No, claro que no, dependerá de muchos factores. Uno bastante importante es cómo nos encontremos en el trabajo, si realizamos un oficio en el que estamos a gusto y nos sentimos realizados no tendremos tantos problemas como aquéllos que realizan un trabajo infravalorado, que les desagrada, rutinario, etc. Otro factor importante es saber que vacaciones hemos tenido, si hemos realizado actividades de forma activa, con excursiones, visitas culturales, deportes, etc., la vuelta al trabajo o colegio en el caso de los niños, será menos traumática, siempre que no hayan sido excesivamente largas y agotadoras. El puesto de trabajo  o categoría profesional  es otro factor a tener en cuenta, afectando más a las personas que desempeñen tareas de mayor responsabilidad. Por último, la motivación personal, aquéllos que tienen unos objetivos por alcanzar, retos o  inquietudes, tienen un escudo que les hace más fuerte y menos vulnerables a caer en este estado.

¿Cuándo tiempo dura?: Entre una o dos semanas. Si los síntomas duran más tiempo estaríamos hablando de un problema distinto y deberíamos consultar con algún especialista.

¿Cómo superarlo?:

  1. No dar importancia es clave para quitarle peso a los síntomas. Mantener una actitud positiva es fundamental. El trabajo no lo es todo, es mejor hacer caso al refrán “Trabaja para vivir, no vivas para trabajar”.
  2. Es muy conveniente realizar actividades de ocio al margen del trabajo, un simple paseo diario puede ser muy beneficioso. Las opciones son múltiples: Pilates, yoga, pintura, lectura, practicar deporte, etc.
  3. No alargar las vacaciones hasta el último día, sino que es conveniente dejar dos días en casa para volver a tomar conciencia de la realidad y adaptarse a los horarios de trabajo.
  4. Alimentación sana y equilibrada.
  5. Regularizar los horarios para volver al biorritmo normal. No trasnochar.
  6. Si durante las vacaciones inicias alguna actividad o afición, deberás intentar seguir con ella, no dejes de hacerlo.
  7. Planifica las vacaciones por periodos, es decir, en lugar de un mes completo realizar periodos más pequeños, por ejemplo 15 días y dejar el resto para disfrutar en otras fiestas.
  8. Aprovechar los fines de semana para hacer pequeñas escapadas.
  9. Realizar actividades con los amigos y con la familia.

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