¿Existen las adicciones al móvil, a los videojuegos, al ordenador, al facebook, al whatsApp?… esta pregunta aún no tiene una respuesta concluyente porque se están realizando estudios al respecto.
Pero estas adicciones entrarían dentro del catálogo de adicciones no químicas ya que ninguna de ellas implica el consumo de sustancias estupefacientes o adictivas.
Además el síndrome de abstinencia no presentaría grandes síntomas fisiológicos (vómitos, mareos, etc.), las alteraciones serían psicológicas, relacionadas con cambios de humor, enfado, ira, gestión de emociones, etc.
Estamos en la era de la comunicación, de lo inmediato, lo rápido, pero lo más sorprendente es lo absurdos que podemos llegar a ser; porque no deja de ser bastante cómico que ocho personas “amigas” compartan una mesa en un bar mientras cada una de ellas esta escribiendo en su respectivo móvil, en lugar de relacionarse están metidas en conversaciones a distancia.
Ahora teclear es parte de la relación, pero cuanto hablamos a través de mensajes no podemos tocar, no nos miramos, no escuchamos la voz de nuestro interlocutor y por lo tanto no sabemos ni su tono, ni su intención.
Somos humanos y estamos llenos de emociones, de sentimientos, y si no podemos demostrarlas en la cercanía las sustituimos por iconos, expresiones, sonrisas de mil tipos, gestos, etc.
Porque necesitamos relacionarnos, sentir, tocar, ver, escuchar, que nos toquen, que nos escuchen, que nos vean, somos pura emoción, eso no podemos perderlo.