Las Redes Sociales, sé crítico y utiliza tu pensamiento
Aristóteles allá por el año 350 antes de Cristo dijo que el hombre era un “animal racional”, incluso aportaba datos del porqué de dicha racionalidad, “es el animal que posee lenguaje”.
Es cierto, el lenguaje hace que nos distingamos del resto de animales. El lenguaje está relacionado con la imaginación, con la abstracción, con las ideas, con la memoria y el recuerdo. Existen casos de comunicación animal pero su nivel de interacción es más sencillo. Por ejemplo: las abejas mediante unos movimientos (un baile en forma de ocho) pueden comunicar a los demás miembros de la colmena donde se encuentra la mejor zona para conseguir la miel, los delfines se expresan mediante gruñidos, chasquidos y silbidos; etc. La comunicación humana es mucho más amplia, siempre está en constante evolución y además los canales de transmisión de la misma han ido cambiando a medida que avanzaba la tecnología, ahora contamos con radio, televisión, internet, móvil, ordenador, ¿Quién puede vivir incomunicado en el actual mundo de la globalización? .
Las comunicaciones hoy nos hacen mantener contactos con muchas personas, sabemos en tiempo real lo que sucede en el mundo, sabemos todo de todos y, en cambio, en la consulta detecto que aumentan los problemas de soledad (“no tengo amigos para contarle lo que realmente me pasa”), de control (“porque no contesta mi mensaje si he visto que está en línea”), de celos (“Pones –me gusta- a ese idiot@”), de comparación (“todos tienen mejores vidas que la mía”). Hemos convertido las relaciones en una “necesidad” de inmediatez, de control y de poder, lo que conlleva a una pérdida de equilibrio.
Las redes sociales nos invitan a presentar la que creemos mejor imagen de nosotros mismos, adulamos a los demás, escribimos frases maravillosas, hacemos comentarios a situaciones bonitas y, a veces, incluso existen personas que fingen una vida que no tienen.
Ante estas situaciones deberíamos ser más críticos, utilizar nuestro pensamiento para cuestionar el mundo, no vale creer todo, debemos analizar los datos, los hechos, observar lo que sucede y valorar, ver diferentes puntos de vista y no creer que nuestra manera de enfocar sea la única y perfecta, como tampoco creer que lo que los demás dicen siempre es cierto.
Consejos:
- Cuando necesites prestar atención a la tarea que estés realizando, deja el móvil en otro lugar, haz lo que te propongas y luego vuelve a cogerlo.
- Comer o cenar sin móvil y sin televisión, de manera que se fomente hablar y escuchar a los otros.
- Ante una noticia hacerse preguntas para contrastar la con la realidad, observar desde fuera y no creer a pies juntillas todo lo que se dice.
- Cuando alguien te mande un WhatsApp, para y analiza que quien le pone la voz al leerlo eres tú mismo, por esa razón puede ser que cambie la intención, que quien te lo mande este poniendo otro tono. En este tipo de comunicación nos perdemos toda la parte no verbal (tono de voz, gestos, mirada, etc.), una mirada dice más de nuestras emociones, que un millón de emoticonos.
- Nadie tiene una vida perfecta y lo que cada uno proyecta en las redes sociales no tiene porqué ser la realidad de su vida.
- No deberíamos dejar que los niños tuvieran móvil antes de los 12 años.