Concretamente vamos a centrar nuestra atención en la realidad virtual aplicada a los tratamientos psicológicos ya que ofrece nuevas posibilidades de hacer terapia.

Sumergirse en un entorno consigue que la persona pueda generar las mismas emociones y respuestas que cuando está en situaciones reales, de esta manera la exposición y el entrenamiento se realizan dentro de la consulta, sustituyendo a los ensayos en imaginación, consiguiendo una gran aceptación y resultados.

Los sujetos dentro del mundo virtual llegan sentir experiencias reales.
El mundo virtual tiene ventajas, por explicar algunas diremos que el terapeuta puede controlar mejor la situación de exposición y diseñar una jerarquía a medida para cada paciente, utilizando las diferentes escenas; los pacientes aceptan más enfrentarse a la exposición que saben que, aunque se parezcan a la realidad, no lo es; además podemos repetir muchas veces cada ensayos.

No precisa salir del despacho y se logra una mayor intimidad, imaginemos que una persona debe exponerse a subir en un ascensor y para ello tiene que subir y bajar hasta que su nivel de ansiedad disminuya, esto supondría estar expuesto a la vista de todos los vecinos, algo que desaparece en la realidad virtual. También podemos exponer a situaciones que no se suelen dar con mucha frecuencia, por ejemplo, subir en avión, aquellas personas con fobia a volar pueden trabajarla sin necesidad de tener que subir a un avión, algo poco factible.
La realidad virtual se puede aplicar en los siguientes trastornos:
 Fobias específicas.
 Trastornos de pánico, con o sin agorafobia.
 Trastorno de ansiedad social.
 Trastorno de estrés postraumático.
 Trastornos alimenticios.