Cuando una familia recibe la noticia de que su hijo es diabético o asmático y que como es evidente lo es “para siempre” se produce en ella muchos cambios, limitaciones y sufrimientos.

Estos cambios afectan tanto al niño como a los adultos, todos deben aprender a manejar la nueva situación, deben regular sus vidas para que la enfermedad no llene todo el tiempo y sean capaces de realizar las actividades diarias con la mayor normalidad.

Es importante conocer la enfermedad desde un punto de vista médico pero también conocer cómo nos puede afectar a nivel emocional para poder aprender a manejar nuestros sentimientos, para saber afrontar la enfermedad de la manera más útil, para saber llevar a cabo el autocontrol necesario en el uso de medicamentos, dietas, etc., es decir, para conseguir el autocuidado.

Por último y muy importante es el trabajar con estos niños la adherencia al tratamiento.